Sobre "Lucifer" en Netflix

Esta serie de seis temporadas (2016-2021) se centra en la metamorfosis de Lucifer Morningstar: un personaje despreocupado, rebelde y manipulador, con su propio código de honor y de vivir, que se convierte en alguien responsable, predecible y sentimental. 

La serie plantea un contemporáneo concepto humano sobre el bien y el mal, Satanás y Dios; además, aborda las relaciones interpersonales de amistad y pareja, el amor y el sexo, sin dejar de representar los vínculos rotos de una familia disfuncional manipuladora: padre déspota y madre impredecible. Este tipo de familia, según la serie, es el germen de conflicto dentro de la psiquis de los hijos, lo que se evidencia en sus formas de vivir (rebeldía, libertinaje y caos en algunos; en otros, sumisión, repetición u oposición). 

A pesar del brillante inicio y la interesante trama mantenida en las cinco temporadas de la serie, en la sexta y última se desmorona justo lo que buscaba desarrollar y plantear Lucifer: libertad y cambio. Al final, se repite un ciclo tirano donde el personaje rebelde ´quebrantador de reglas´ se convierte en agente continuista de lo que a tanto se oponía. 

¿Uno no puede escapar ni plantear algo diferente de lo que otro le ha asignado a realizar en la vida? ¿Siempre se termina obedeciendo y cumpliendo los designios misteriosos de alguien más? El final de la serie plantea, a mi parecer, la sumisión del individuo, la pérdida de la libertad y la aceptación del destino, cualquiera que este sea para cada uno de sus personajes.

Como la mayoría de críticas lo sostiene, el final de Lucifer es cerrado (yo agregaría: decepcionante y muy "pobre" de contenido) para ahogar dudas y controversias. Recomiendo ver las cuatro temporadas y, si se quiere apreciar cómo se explica el consentimiento del ciclo patriarcal divino, es imperdible la quinta entrega. 

En su afán por humanizar a lo que "no se es" se termina brindando la simbología de que el humano es un títere de lo que no comprende, pero que acepta serlo en aras de un dizque equilibrio universal que, en realidad, solo existe como tal en la mente humana.