El juego de Ender es una película dirigida por Gavin Hood. Estrenada en 2013, se basa en la novela homónima de ciencia ficción, escrita por el estadounidense Orson Scott Card (1951), quien también escribió el guion del film. Su protagonista es el genio adolescente Andrew Wiggin, más conocido como Ender.
Ender es el responsable de proteger a la humanidad de ser colonizada por una raza alienígena parecida a nuestros insectos. La única manera de lograrlo, según los líderes de la Tierra, es exterminándola. Para ello, es entrenado desde los seis años, en una academia militar de alta tecnología, llamada Escuela de batalla.
La novela
Scott Card publicó, en la revista de ciencia ficción Analog, un cuento en 1977 titulado El juego de Ender, el cual ganó el premio Ignotus (1994). Posteriormente, este relato se convirtió en novela (1985), la cual ganó dos premios literarios a la mejor novela de ciencia ficción: Nébula (1985) y Hugo (1986).
El juego de Ender es considerada no solo una de las mejores novelas de Scott Card, sino también de la literatura de ciencia ficción, de las últimas décadas del siglo XX. Su temática futurista y el rol de la tecnología sobre los humanos permitió que esta obra se convierta en franquicia, saga literaria y cómic.
Análisis
La sociedad que describe la película es rígida sobre el control de la natalidad. Solo se permite, por cada hogar, a dos hijos. El objetivo es controlar el sobrepoblamiento del planeta. Sin embargo, Ender es el tercer hijo de unos padres que pidieron una gracia presidencial para concebirlo; en vista de que, sus dos primeros hijos fueron catalogados como genios y estuvieron en la Escuela de batalla.
Peter, hermano mayor de Ender, fue seleccionado por los militares debido a su genialidad; sin embargo, lo descalificaron por tener carácter impulsivo y agresivo. A los líderes mundiales no les convenía tenerlo como líder de la armada humana en contra de los insectores (raza alienígena parecida a los insectos): no lo controlarían y causaría más daño que beneficios.
Valentine es la segunda hermana. Al igual que Peter, resulta una genio y estratega. No obstante, también es descalificada. Es buena, amable y empática con el enemigo. "No se puede ser bueno con quien quiere hacerte daño". Con ella al mando de la flota militar, era obvio que el enemigo aprovecharía este "defecto" para erradicar a la raza humana.
Ender es el tercero. Combina los dos defectos de sus hermanos, pero los racionaliza y controla. Su único defecto, aparentemente, es una inclinación a desobedecer las órdenes de sus superiores, si estas son cuestionables o poco coherentes. Detesta la violencia y causar daño a los demás, pero su genialidad es imán para que muchos le envidien y traten de deshacerse de él. A pesar de ello, su gran capacidad de estrategia (acciones impensables y decisiones arriesgadas, aunque lógicas) lo convierten en líder nato e ideal para estar al frente del ataque final contra los insectores.
Desde un punto de vista de género, Peter representa los roles asignados al macho alfa, al varón que se convierte en bestia, a ese ser machista que grita, golpea y hiere, alguien a quien nadie puede contrariarle y que no tiene control sobre sus emociones. Para él, la violencia es el mejor medio para controlar a los demás. Temor antes que respeto.
Por otra parte, como su némesis, Valentine cumple el rol femenino clásico de nuestra cultura. Es dócil, bella, brillante, amable, empática, prudente y bondadosa. Escucha a los demás y se preocupa por ellos. No es violenta y es sensible. Según la sociedad reflejada en la película, ambos roles clásicos y extremos no son adecuados para el éxito de esta.
Ender es la tercera opción. Una combinación de ambos géneros. Ni excesiva violencia ni perturbadora benevolencia. Oportunismo y razón, adaptación y liderazgo. Emociones y sentimientos controlados por una mente superior que ve más allá que los demás. Es la evolución de la humanidad, más parecida a un ordenador de computadora que a un ser vivo. Sin embargo...
Deshumanización
Los humanos de la película aprendieron mucho luego de los dos ataques de los insectores. Estos se convirtieron en el otro del que tanto mencionan sicoanalistas como Freud o Lacan. No solo aprendieron de la tecnología de estos seres, sino les permitió realizar viajes espaciales a gran distancia.
Durante todo el film, los líderes humanos no quieren ni buscan "dialogar" con los insectores. Son ese "otro", esos "bárbaros" que deben ser eliminados a como dé lugar. La exterminación de una raza no humana es la mejor manera de obtener paz. Para lograrlo, el "otro" debe ser entendido como un ser desprovisto de cultura y sentimientos. En ningún momento se incentiva a comprenderlos.
Tras ver la película y leer la novela, queda claro que los insectores son más parecidos a nosotros de lo que se piensa. Son nuestro futuro: una sociedad consumista, superpoblada y egoísta que, para sobrevivir, tiene que conquistar otros planetas que tengan muchísimos recursos naturales y, sobre todo, agua.
Para el pueblo, el miedo a los insectores es el instrumento para la obediencia total hacia sus líderes. Para aquellos destinados a enfrentarse con los insectores, se les intenta quitar su humanidad para conseguir logros y avances.
Es una sociedad que tiene a la tecnología como modelo de evolución y perfección. Los sentimientos y la sensibilidad son considerados como obstáculos para alcanzar éxito. "Terrorizar" al "otro", lo no humano, sirve para el control social y la expansión de los humanos como ser imperante en el universo conocido.
El juego como instrumento
Desde tiempos remotos, el juego es el mejor instrumento para aprender. Sirve para activar las conexiones neuronales, socializar y adquirir nuevos conocimientos. En la película, el hecho de exterminar a una especie es incomprensible. Por ello, para realizarlo, se ha de disfrazarlo como un juego de promoción y no como un acto real.
Por medio del juego, las acciones bélicas se encubren y desaparece, así, toda culpa y preocupación que, de hecho, surgen cuando te enfrentas a una situación real. Se empodera la estrategia y lo impersonal. Las pérdidas son cosificadas, perdiendo su humanidad. Los líderes se aprovechan del juego para sacar máximo provecho a la capacidad estratégica de Ender. Son ellos quienes transforman el rol del juego y lo vuelven realidad.
El juego, de ser un simulacro de situaciones futuras, pasa a ser el escenario real de hechos que no podrán cambiarse. Juego y realidad. A los niños se les considera herramientas y no humanos. Cualquier trauma o etapa vital perdida es intrascendente. El objetivo es lo único importante.
Ética humana
Nada es perfecto. Ender, al saberse engañado, sintiendo dolor al ser el único culpable de la desaparición de una raza, decide realizar lo que sea necesario para enmendar lo que hizo. La película plantea un final abierto que abre posibilidades para el resurgimiento de la especie de los insectívoros.
Después de que le hayan extirpado parte de su humanidad, Ender intenta recuperarla a través de los pocos sentimientos que ha conservado en el fondo de su ser. La ética humana, al final, desmorona poco a poco, el ideal deshumanizado de perfección y estabilidad emocional que la sociedad le impuso.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario