Los peruanos somos un pueblo muy lector. Aunque no para los especialistas ni los investigadores del tema. Generalmente, leemos lo que nos gusta, lo que nos resulte más fácil y rápido comprender. ¿Leer obras clásicas? ¡Para qué!
A los peruanos no nos gusta que nos digan qué hacer. Obedecemos o escuchamos a regañadientes o con hipocresía. No obstante, por lo bajo, hacemos lo que queremos. Lo mismo ocurre con la lectura. Un adolescente o joven es un voraz lector de temas relacionados a la música actual, moda, espectáculos, tecnología, videojuegos o animes. Esta literatura es informativa, directa, de rápida lectura, y sin usar figuras literarias.
Literatura y lectura
Los peruanos somos ávidos lectores, pero no de cánones literarios. Ello sucede porque, si bien los temas no han cambiado, las obras clásicas están escritas con un lenguaje diferente del nuestro. Por ejemplo, Shakespeare o Ricardo Palma. Por eso, la necesidad de realizar continuas adaptaciones que acercan, por medio del lenguaje actual, la literatura a las nuevas generaciones.
Si observamos en las calles o buses, vemos a la mayoría leyendo algo. Los adultos tienen entre sus manos un Trome, Men, Bocón, tabloides deportivos o de espectáculos. Los adolescentes o jóvenes están chateando o consumiendo información en sus smartphones. ¡El peruano siempre lee!
Crítica y nuevo paradigma
Los especialistas e investigadores afirman que el Perú tiene el más alto déficit de comprensión lectora dentro del alumnado y población joven y adulta, en América Latina. Sin embargo, ¿consultaron las horas y la información que posee su público de estudio, con respecto a otras temáticas?
Es cierto que la información y el tipo de literatura (autoaprendizaje, autoayuda, cómics, animes, etc.) que consumen nuestras generaciones no se prestan a comprensiones teológicas o existenciales, pero cada época tiene su estilo y forma de aprender. Estamos encerrados bajo toneladas de cánones antiguos. Eso no nos permite ver lo que se está gestando: una nueva literatura que genera un diferente modo de ver la vida y la existencia en sí misma. Asimismo, una manera alterna de comprender lo que se lee.
Es así que el vídeo fusiona escritura e imagen. No hay necesidad de interpretar; por lo tanto, se capta rápido y mejor el mensaje transmitido. Estamos en una era donde se busca captar fácilmente más cosas en menos tiempo y con el mínimo esfuerzo.
Hasta el momento, la humanidad ha experimentado tres grandes revoluciones en la comprensión lectora: oralidad, escritura e imagen.
Pedro Manuel Vargas Aspíllaga

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