miércoles, 24 de agosto de 2016

ÚLTIMAS PÁGINAS DE UN DIARIO ENCONTRADO EN UNA ACADEMIA



Día 15:

Estoy leyendo un informe publicado en "El Inspector". Dice que estamos en pleno boom empresarial. En La privatización de la educación, así se titula la investigación, Jaime Fuertes afirma que las academias están en el ojo de la experimentación y explotación. ¡Qué vaina! ¡Y yo trabajo en una!

Así termina el informe:

Las grandes empresas educativas, en realidad, son solo eso: empresas que ofrecen un servicio; en este caso, el de educación. No hay humanismo. Las cabezas de estas empresas consideran al estudiante un producto. Tutores y profesores son la clave para ganar más dinero. 
En estos consorcios empresariales de la educación, sobre todo en los colegios, ningún estudiante repite el año. Todos aprueban, aun los "peores" que son los más malcriados y desprovistos de interés por aprender. Así jalen una y otra vez, tres o cuatro materias. Solo se trata de dar un dinero más (vacacionales). Todo estudiante es recibido si hay dinero. Salvo casos extremos.

 

Día 20:

¿En verdad habrá alguien se crea lo que dijo el capacitador? ¡Todo que les ocurre a los profesores y tutores! ¡Admiro cada vez más a nuestros tutores y docentes! Yo no duraría dentro de las aulas ni quince minutos. Aunque dicen, los expertos, según he leído, que las motivaciones, actualmente, son la cúspide del éxito de cualquier colegio, o sea, son sus cartas de presentación para los padres. ¡No lo sé!


Día 30:

Esto de los horarios de entrada y salida no me convencen. ¡Renuncio! Con razón, estos señores contratan, generalmente, a estudiantes universitarios o recién egresados, o a seres conformistas. Incluso, muchos renuncian o terminan el bimestre más estresados que los estudiantes. ¡Este es mi último día! ¡Ni más academias! ¡A mí no me adormecen la conciencia! 


Pedro Manuel Vargas Aspíllaga

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