Datos importantes.-
Mayer nos indica que los primeros inmigrantes chinos llegaron a nuestra tierra en condiciones inhumanas, y más que trabajar en nuestros campos agrícolas y minas, sufrieron una serie de abusos y vilezas por parte de gamonales y terratenientes, quienes los consideraron como esclavos reemplazantes de indígenas y negros libres por el decreto de Ramón Castilla en 1854.
El Perú se quedó sin fuerza obrera para campos y minas. Se necesitaba, urgente, mano de obra barata. Al tenerse noticias de que en Asia existía una inmensa cantidad de gente, un peruano traficante de personas llegó a Macao, y sin ningún tratado internacional ni respeto por la vida de por medio, se las arregló para traer a miles de chinos pobres y de clase social baja.
Fue tal la situación de explotación y esclavitud que sufrieron los primeros inmigrantes chinos que dichos actos llegaron a ser conocidos por el emperador chino, quien prohibió la emigración al Perú. Ante ello, entre ambos gobiernos se firmó en 1875 el primer Tratado de paz, amistad y navegación por parte de Juan Federico Elmore (Perú) y Yin Yek Cang (China), en donde se garantizaba la seguridad individual, bienestar y derechos de propiedad de los inmigrantes chinos dentro del país.
Gracias a este tratado llegaron al Perú cientos de chinos de clase media y alta, comerciantes y técnicos. Fue una oportunidad que cambió vidas. A decir de Mayer, a pesar de este documento oficial, los peruanos no reconocieron el trabajo del coolí en los campos. No se les dio ningún pago o recompensa por tanta labor ejecutada en favor de nuestras tierras.
Ello, porque el prejuicio chino sentido por algunos grupos sociales peruanos fue en aumento, ya que los nuevos inmigrantes instalaron negocios locales, en donde contrataban a sus compatriotas y no a peruanos, además, crecía la población china en el país y quitaba puestos de trabajo a los nacionales. Por si fuera poco, a pesar de ser blancos, a los chinos se les consideraba sujetos inferiores por no ser cristianos ni tener un sólido apoyo de su nación, a diferencia de los europeos y yanquis.
Se comenzó, pues, a erigir un fuerte rechazo a la inmigración china. Para evitar la escalada de violencia y no perjudicar la estabilidad económica del país, en 1909 se firmó un Tratado internacional entre Melitón F. Porras, ministro peruano de Relaciones Exteriores y el dr. Wu Ting Fang, Enviado del emperador chino, en donde se restringía la inmigración: ningún chino sin ocupación viviría en el Perú, solo lo harían quienes tuvieran una profesión, fueran invitados o viajaran como turistas.
La colonia china en el Perú era cerrada. No buscaba incomodar ni beneficiar. Con el tiempo, ambas culturas se fusionaron y funcionaron como eje de desarrollo para el país. De este modo, se crearon instituciones que protegían los derechos de los chinos (Beneficencia China), periódicos (El Internacional), grandes empresas agrícolas y una compañía de vapores.
Análisis.-
Durante el desarrollo de los textos, Mayer realiza una veraz, reflexiva, oportuna y continua comparación entre la situación de las colonias chinas de Estados Unidos de Norteamérica y del Perú, en donde manifiesta la fuerte y profunda discriminación yanqui contra toda cultura ajena a la suya.
Mientras que en el Perú, sostiene que a los chinos -al ser considerados como esclavos exóticos, diferentes del negro, inferiores porque no eran cristiano ni eran protegidos por su nación- no se les trató bien ni agradeció ni favoreció por tantos años en esclavitud trabajando las tierras y sacando minerales en las minas.
A pesar de ello, el carácter formidable de los chinos, su empuje para salir adelante y vencer obstáculos, logró que se establecieran en nuestras tierras y, con el tiempo, prosperaran hasta nuestros días, convirtiéndose en grandes empresarios y comerciantes.
Mayer analiza la cultura y la idiosincrasia china, explicando sus costumbres, su evolución cultural al contacto con Europa, su curiosidad y empeño para aprovechar oportunidades comerciales, y desmitifica algunas mentiras sobre supuestos males chinos como el vicio del juego, prostitución barata y el opio.
Con relación a la tradición, Mayer analiza la diferencia entre EE. UU. y China, algo que hoy en día sigue vigente:
En Norteamérica lo antiguo no se estima, la ambición se mueve sin cesar, no permitiendo que cualquier aspecto temporal de la vida envejezca; en la China se guarda reverente la tradición de los más distantes antepasados y lo que la transdorma son más bien fuerzas fatales que voluntarias (Mayer: p.80)
Con respecto al Perú, ante el fervor y fascinación que ejercía EE. UU. sobre el gobierno peruano, sostiene que depender de cualquier potencia extranjera conllevará ejecutar malas decisiones para el país próximamente. Se da cuenta de que:
El yanqui ha hecho aquí en el Perú como en todas partes, el panegírico de su nación y de sus artefactos y su solitario discurso ha impresionado a los oyentes; sus reclamos y afiches están a los ojos de todos (Mayer: p.96)
Es evidente la perspicacia de Mayer sobre la situación geopolítica que se experimentaba en esa época. Me parece que esta obra es un ejemplo clásico de conocimiento y crítica que tenían los intelectuales de ese tiempo, quienes no se conformaban con la información que se brindaba en medios oficiales intelectuales y políticos, nos advierte sobre el modelo consumista y vendible estadounidense, aunque nadie le hizo caso.
Si desean saber más detalles sobre la colonia china en el Perú y saber del contexto de las primeras décadas del siglo veinte, pueden leer esta obra en la Biblioteca Central de la UNMSM o en internet. Gracias por haber leído hasta aquí.
Mayer de Zulen, Dora. La China silenciosa y elocuente. Homenaje de la colonia china al Perú con motivo de las fiestas centenarias de su independencia (28 de julio de 1921 -9 de diciembre de 1924). Lima: Editorial Renovación, 1924

No hay comentarios.:
Publicar un comentario